UNA REFLEXIÓN.
Desde donde nos encontramos...
Pasa un día, pasan dos, pasan tres... y el Covid sigue amenazándonos.
Confiando que esto va a acabar, usamos nuestro tiempo lo mejor posible.
La lectura fue mi compañía durante esos meses. Sentada en diferentes lugares y sillas me di cuenta, con las sombras, cómo pasaban las horas y los
días.
El sol salía y la sombra, con sus líneas cortas y largas, marcaba el suelo. Vi cómo cada hora hace su sombra y son las que nos acompañan.
Esas sombras que dejamos atrás nos dan un mundo futuro lleno de luz, un nuevo día y una nueva esperanza para volver a vivir.
Los iconos siguen en mi espíritu, Desde hace 45 años me han acompañado por la vida como un gran amigo. Los he estudiado y pintado, y he aprendido
a entenderlos y a amarlos dándome seguridad y paz.
Ahora son las sombras las que me divierten pensando en un mundo nuevo que esta pandemia nos trajo...
La repetición de mis pinturas es el proceso de crecimiento y desarrollo personal que me distingue porque es mi manera de concentrarme para aprender y
recordar. Al repetir una pieza la conozco más y la hago más mía. Así siempre habrá una pintura que me recordará cómo empecé.